El mes pasado se presentó el informe Juego y Sociedad 2021, donde se analizan los distintos perfiles de jugadores en España y las variantes de juego disponibles, así como datos relativos a la adicción al juego. El objetivo que persigue el estudio es informar sobre los hábitos y actitudes de los españoles en relación al juego.
La que pasa por ser la decimosegunda edición de Juego y Sociedad ha sido publicado por la Universidad Carlos III de Madrid con la colaboración del Consejo Empresarial del Sector del Juego (Cejuego), y se llevó a cabo por medio de encuestas a más de 1000 personas residentes en España con edades comprendidas entre los 18 y 75 años.
Según los autores del estudio, el 81% de la población encuestada declara haber apostado o participado en algún juego (con dinero) a lo largo de 2020; es decir, más de veintiocho millones de personas mayores de edad. Por su parte, la tasa de juego problemático se quedó en el 0,25% de la población española adulta; una cifra que sitúa a España, junto con Noruega, como el país europeo con menor nivel de adicción al juego.
Tiempos difíciles para la industria del juego
El pasado año fue crítico para el sector, que junto con el turismo y la hostelería tuvo que afrontar las mayores restricciones a su actividad. Las cifras así lo atestiguan, pues el número de personas que participaron en apuestas y juegos de azar descendió un 4% en relación a 2019, con lo que las cifras retrocedieron a un nivel similar al registrado en el año 2013.
Los operadores de juego públicos, ONCE y Loterías & Apuestas del Estado, conservaron el mismo nivel de clientes que el año previo, si bien las cantidades invertidas fueron un 20% inferiores. En contraste, el juego privado presencial – apuestas en locales, bingos, casinos y máquinas de juego en establecimientos hosteleros – vio descender su clientela hasta los 3,8 millones de personas, una caída anual de casi el 50%.
El segmento online consiguió mantenerse estable, con 1.5 millones de usuarios en webs de juego reguladas en España, como es el caso de la página de apuestas Suertia. Asimismo, en 2020 hubo 300.000 clientes que jugaron online de forma estable (esto es, al menos una vez al mes), lo que equivale al 0,9% de la población con edades de 18 a 75 años.
Apostar y jugar, actividades normalizadas
De los datos del informe se desprende que los españoles consideran el juego una actividad normal, y para los que juegan es una afición como como cualquier otra. En su mayoría, los encuestados aseguran ser capaces de jugar responsablemente y de medir de forma correcta los costes que el juego implica.
Entre las personas que declaran haber jugado alguna vez a lo largo del año pasado, el coste asociado al juego y las apuestas se sitúa en un nivel similar al de practicar cualquier otro hobby o pasatiempo, como por ejemplo al de adquirir una entrada para asistir a un espectáculo o evento deportivo.
Como ha declarado José Antonio Gómez, Doctor en Sociología y uno de los principales autores del estudio, “los datos corroboran la idea de que el trastorno de juego forma parte de un cuadro de patología múltiple y multicausal; la raíz del trastorno no se encuentra en la oferta de juego, sino que afecta a personas proclives a este tipo de comportamientos”.
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