Hay viviendas que se han edificado fuera del ordenamiento urbano, de ahí la necesidad de protegerlas y de legalizar su construcción
Ya sea por falta de información, por malos hábitos respecto a la legalidad o por costumbre, en España se ha edificado, históricamente, en muchas ocasiones, al margen de la legalidad. El gran sentido de la propiedad que se tiene en este país lleva a pensar de manera errónea que por el hecho de ser propietario de un terreno se tiene derecho a construir en él y, a todas luces, eso no es así.
Para poner un solo ladrillo es necesario, en primer lugar, hacerlo en terreno que tenga tal finalidad y en el caso de que no sea así, contar con los proyectos de actuación que justifiquen dicha obra.
No obstante, a pesar de todo, se facilitan mecanismos para poder legalizar vivienda que ya ha sido construida y para la que no se ha solicitado ningún permiso, ni licencia. Por supuesto, es muy aconsejable hacerlo por dos razones: una porque se evitarán multas por parte de los Ayuntamientos que pueden ascender a varios miles de euros y, dos, porque no se está exento de que esa falta de diligencia pueda suponer el derribo de la vivienda o la parte que se ha construido sin permiso.
Ante este hecho, lo mejor es contar con un equipo de profesionales que asesoren y den certidumbre a este engorroso proceso. Hay despachos y estudios de arquitectura que no solo asesoran a los clientes, sino que son capaces de tomar las riendas del expediente y solventarlo para beneficio del dueño de la construcción.
Pasos principales para legalizar una vivienda
En primer lugar, hay que tener en cuenta cuánto tiempo lleva construida, si es menos de diez años hay que tener en cuenta que siempre se ha de proceder a una legalización que se formaliza pidiendo al Ayuntamiento correspondiente la licencia o licencias pertinentes.
Lo primero es saber si es posible o no legalizarla, el primer caso puede darse por estar en terreno no urbanizable, zona inundable, suelo especialmente protegido… Pero si cabe la posibilidad hay que tomarse tiempo y armarse de un poco de paciencia; pues hay que aportar toda la documentación requerida, después esperar a que el Ayuntamiento estudie el caso, realice el expediente, lo apruebe y emita la licencia que habrá de ser sufragada. Una vez eso ocurra la vivienda será legal.
Obras nuevas
No obstante, lo más aconsejable y legal es que desde el principio de una nueva obra un estudio de arquitectura y un profesional de ese campo del conocimiento haga los proyectos necesarios y el propietario solicite, desde el principio, las licencias que corresponden, eso evitará engorros posteriores y asegurará que la obra cuenta con todos los preceptos legales.
Esto es lo que recomiendan todos los arquitectos y aparejadores; por supuesto las Administraciones públicas encargadas de la ordenación urbanística tienen herramientas para paralizar, multar y derribar toda aquella construcción que no se ajusta a la ley, por tanto, evitar este engorro es vital.
Reformas
A la hora de proceder a una reforma hay que hacerse la misma pregunta. Puede ocurrir que en ese proceso se cambien estructuralmente zonas de la vivienda para las que se necesita un proyecto específico. Para desarrollar estas reformas será necesario contar con una licencia municipal. En cambio, hay obras menores o de embellecimiento para las que no se necesitan. No obstante, siempre que se quiera hacer una obra en casa lo mejor es acudir a los mejores profesionales, de la arquitectura, la albañilería y darse una vuelta por el área de Urbanismo del Ayuntamiento que corresponda, eso evitará contratiempos.
En definitiva, robustecer la legalidad de una vivienda da garantías y certidumbre, de ahí la importancia que tiene hacer la obra con todo el paraguas legal, además después se recomienda hacer escrituras públicas ante notario con el fin de regularizar y hacerla constar en todos los archivos públicos sin dudas de su propiedad, características y legalidad.