Ayer, 20 de febrero de 2025, el Salón de Actos de la Biblioteca Nacional de España (BNE) se llenó hasta la bandera para recibir a Saüc Ensemble en el V Ciclo de Conciertos “Música en la BNE”. Organizado por la BNE junto a la Fundación Amigos de la BNE y Juventudes Musicales de España, el evento trajo al presente las melodías del siglo XVI con una frescura y un humor que conquistaron al público. La música, gran protagonista, reveló que el Renacimiento puede ser tan pícaro como conmovedor.
Bajo el título Mal de amores, el concierto acompañaba la exposición Arte y Anatomía en el Renacimiento, dedicada a los 500 años del nacimiento de Juan Valverde de Amusco. Las piezas, cargadas de historias sobre remedios caseros para avivar pasiones y lamentos por amores que no respondían, resonaron con un guiño a la vida de entonces. Saüc Ensemble supo equilibrar la solemnidad de algunas composiciones con un enfoque ligero en otras, mostrando al público que no toda la música renacentista es seria y aburrida, y logrando que la velada fuera una experiencia cercana y divertida.
El ensemble brilló con las flautas renacentistas de Daïna Mateu, que tejían melodías dulces, las voces de la soprano eslovena Laura Kmetic y el barítono Héctor dos Santos elevaron las piezas con emoción, mientras las percusiones de Alexandre Guitart y la viola de gamba de Emma Raventós daban pulso y calidez. Sergio González Prats, considerado por muchos como «embajador de la zanfona» en todo el mundo y director del grupo, no solo deleitó con la zanfona,un curioso instrumento que no se suele ver en los escenarios, a menudo, sino también con el arpa gótica, que añadió un toque etéreo a la noche, Sergio enriqueció el concierto con explicaciones amenas que conectaban las letras con la exposición y arrancaron carcajadas y susurros entre el publico.
El auditorio, abarrotado hasta el último asiento, vibró con cada nota, pero el broche llegó al final. Tras los aplausos, muchos se acercaron al escenario, intrigados por la zanfona. Sergio, con paciencia y entusiasmo, la mostró de cerca, explicando su funcionamiento y dejando que algunos la probaran. “¡Mira qué cosa tan curiosa, nunca había sentido algo así!”, exclamó una asistente emocionada y sorprendida al girar la manivela. Ese gesto espontáneo alargó la chispa de la noche, haciendo que el público se sintiera parte de algo especial.
La atmósfera era una mezcla de asombro y alegría, reflejo del talento de Saüc Ensemble para convertir el Renacimiento en una experiencia compartida. “No imaginé que esta música antigua me iba a divertir tanto”, comentó alguien al salir, resumiendo el sentir general. Este concierto, parte de un ciclo que lleva cinco años uniendo música y patrimonio, dejó claro que el pasado puede sonar vivo y juguetón cuando se toca —y se presenta— con tanta pasión.