El traumatismo cerebral, mejor conocido como TBI, es una lesión que afecta el funcionamiento del cerebro y puede ser causada por múltiples factores, como un golpe, un objeto penetrante en la cabeza o un sacudón violento.
Hay muchas situaciones que pueden desembocar en este tipo de lesiones, y son millones de personas en todo el mundo cada año las que sufren este tipo de lesiones, que pueden ser desde leves hasta muy graves.
Cualquier persona que haya sufrido una lesión de este tipo a raíz de la negligencia de otra persona, puede iniciar una demanda legal. Por eso es recomendable contar con asesoramiento legal, para ganar su caso de lesión cerebral, y poder así recibir un resarcimiento económico por el daño sufrido.
Causas más comunes de TBI
Como dijimos, millones de personas sufren estas lesiones en todo el mundo, pero en los tribunales hay una gran cantidad de casos que están entre los más comunes. Como por ejemplo, los siguientes:
- Accidentes automovilísticos
- Caídas
- Accidentes en deportes de contacto o extremos
- Agresiones físicas
- Accidentes laborales
Síntomas de las TBI
Estas lesiones se perciben a través de diferentes síntomas, aunque varían mucho según la gravedad de la contusión. Entre los más comunes se encuentran:
- Dolor de cabeza
- Náuseas
- Vómitos
- Mareos o pérdida de la coordinación
- Confusión
- Falta de concentración
- Pérdida de la memoria
- Ansiedad
- Irritabilidad
- Cambios de humor
Según el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver, «una persona que tiene un TBI puede tener alguno de los mismos síntomas que una persona que tiene una lesión cerebral que no es provocada por un trauma».
En un artículo, marcan que «a diferencia del TBI, este tipo de lesión no se debe a una fuerza externa sino a un problema interno, como un accidente cerebrovascular o una infección. Ambos tipos de lesiones pueden tener efectos graves y a largo plazo en la cognición y el funcionamiento de una persona«.
Efectos a largo plazo
Sufrir un TBI puede generar efectos duraderos que alterarán la calidad de vida de la víctima del accidente.
Deterioro cognitivo: pérdida de habilidades intelectuales, de razonamiento, en la toma de decisiones.
Dificultad de expresión: puede generar problemas para hablar, leer o escribir correctamente.
Cambios de ánimo: puede resultar en una irritabilidad fuera de lo común, como también en estados de ánimo cambiantes a lo largo del tiempo.
Dificultades de movilidad: la persona puede ver alterada su capacidad de movimiento en sus diferentes extremidades.
Todas estas consecuencias pueden traer aparejado un deterioro en el ámbito laboral debido a los daños permanentes, como también un impacto familiar a través de la personalidad cambiante ante los seres queridos.
En un artículo reciente, la Asociación de Lesiones Cerebrales de América (BIAA), alertó sobre la amplia gama de síntomas que puede sentir una persona con TBI, incluso años después de la lesión inicial.
Además, detallan los «sentimientos de aislamiento y desesperación» que pueden sufrir las víctimas, por lo que es importante que las personas que hayan sido víctimas de algún accidente de este tipo busquen apoyo en el ámbito profesional.
Opciones legales
Como dijimos, cualquier persona que haya sufrido un TBI a raíz de un accidente o por culpa de la acción de terceros, puede iniciar una demanda legal.
Demanda por negligencia: si la lesión se dio por la conducta inapropiada de otra persona, como por ejemplo un conductor imprudente.
Reclamos laborales: hay incontables casos de accidentes en el ámbito laboral, que pueden dar lugar a juicios contra la empresa o reclamos a través del seguro de compensación para trabajadores.
Productos defectuosos: si la lesión se dio por la falla de un producto que no cumplió su función, también la persona puede elevar acciones legales contra la empresa que lo elaboró.