La crisis sanitaria mundial producida por la pandemia de la Covid-19 ha incidido fuertemente en la economía global, haciendo que todos los sectores se contraigan y lleguen a niveles jamás antes registrados.
De esta situación las áreas más afectadas son las relacionadas con los servicios Horeca (hoteles, restaurantes y cafetines), estrechamente vinculadas con el turismo, otra de las grandes deprimidas en toda esta historia.
En estas situaciones las empresas en crisis muchas veces caen en una condición de insolvencia que las obliga a cerrar sus puertas, despedir empleados y llamar a un concurso de acreedores para afrontar las deudas.
Unos 400 mil puestos de trabajo se están perdiendo este año tan solo en España, de acuerdo con las estimaciones de la consultora empresarial Dipcom Corporate, lo cual evidencia lo grave de la situación actual.
Son fuentes de empleo que lamentablemente dejan de estar disponibles derivando problemas económicos a las familias que dependían de ellos y así a lo largo de la cadena de todos quienes están relacionados con ellos.
Medidas extremas para casos extremos
Las empresas tienen que recurrir a estrategias legales para solventar su situación o por lo menos para tratar de disminuir sus efectos, una de ellas es la figura legal del concurso de acreedores con la que se busca afrontar las deudas y evitar consecuencias posteriores.
El reconocido experto en gestión de crisis de la agencia consultora Dipcom, Igor Ochoa, refiere que la paralización del sector hotelero ha obligado a las empresas relacionadas con recurrir al concurso de acreedores, los cuales desde marzo a la fecha se han multiplicado increíblemente.
El asesor empresarial comenta que la modalidad de concurso de acreedores que más se aplica es la exprés, por las amplias ventajas que ofrece y que son aprovechadas por pequeñas y medianas empresas, startups y emprendedores. Explica que en los últimos meses se han incrementado en más del 300%.
Antes de llegar al extremo de tener que recurrir a un concurso de acreedores, toda empresa debe primero realizar un exhaustivo análisis que le permita determinar si tiene las fuerzas y posibilidades reales de reestructurar la deuda para afrontarla y dejar el saldo negativo que incide en su estabilidad financiera.
Si no tienen esas posibilidades, inevitablemente la empresa tendrá que hacer un cierre legal y tendrá que convocar a un concurso de acreedores para blindarse ante responsabilidades posteriores.
¿Qué es un concurso de acreedores exprés?
Es importante mencionar que los concursos de acreedores exprés están diseñados para aquellas empresas ahogadas en deudas no tienen bienes para ser liquidados o no son suficientes para cancelar los compromisos pendientes, por lo que no todas las organizaciones califican ni pueden disfrutar de sus ventajas.
Igor Ochoa explica que para poder recurrir a este instrumento legal, las empresas deben tener un patrimonio y balance y otras consideraciones contables y legales que evidencien que efectivamente no pueden asumir los costes asociados con el propio concurso de acreedores.
La principal ventaja del exprés es que este tiene un coste muy por debajo de los establecidos para los concursos ordinarios, por cuanto no se requiere la contratación de un administrador concursal y las gestiones las realiza el juez mercantil.
Además, es muy rápido, no tiene las fases normales del concurso ordinario, como son convenio, liquidación ni calificación, por lo que es sumamente expedito.
Para Igor Ochoa las perspectivas para 2021 del sector hotelero y de la economía en general no son muy alentadoras, debido a la persistencia de la pandemia de la Covid-19, sus inevitables consecuencias, entre ellas los paros laborales, y lo lenta que puede ser la recuperación económica global, todo lo cual podría llevar a que los concursos se incrementen por 3 o 4 veces más que en la actualidad.