La escasez de los microchips para coches procedentes de Asia aún se mantiene y ha estado afectando gravemente las cadenas de producción de los principales fabricantes de la industria del automóvil. Por lo que en este caso vamos a hablar sobre cuantos microchips tiene un coche y para qué funcionan estos.
¿Para qué sirven los microchips para coches?
En los artefactos modernos los microchips son imprescindibles y cuando hablamos de aparatos modernos también entran los coches. En este caso en particular los microchips hacen funcionar sistemas como, que van desde seguridad hasta asistencias al conductor.
Básicamente podríamos decir que los microchips están integrados en prácticamente todos los sistemas electrónicos de los automóviles modernos. Dicho esto, es importante establecer una diferencia entre los chips dedicados a sensores microelectromecánicos (MEMS) y los semiconductores de potencia.
En concreto los MEMS actúan de forma eficiente como órganos sensoriales en una amplia variedad de vehículos. Por su lado los semiconductores de potencia están dedicados a la gestión y conmutación de altas corrientes. Al mismo tiempo se centra en las tensiones eléctricas.
Para los coches electrificados, por ejemplo, se controla el flujo de energía entre la batería y el motor eléctrico. Además, estos ayudan a garantizar que la electricidad se utilice de la manera más óptima.
¿Cuántos microchips hay en un coche?
Con respecto a cuantos microchips podemos encontrar en un automóvil, este número puede variar mucho en función de su equipamiento. El número de microchips para coches que puedes encontrar también va depender de los sistemas de seguridad e infoentretenimiento.
A todo esto, hay que añadir que los nuevos sistemas de propulsión eléctricos han terminado duplicando el número de componentes electrónicos necesarios en los vehículos. Esto último de acuerdo con los datos que maneja la empresa alemana Bosch. De hecho, para el 2019 cada vehículo equipaba una media de unos 17 chips, esto en el caso de la empresa mencionada.
Otro dato importante, es el precio, ya que comparado al de hace un par de años, hay un aumento significativo en el mismo. Por ejemplo, en el año 1998 el valor para un coche nuevo era de 120 euros. Ahora para 2018, este valor aumentó hasta los 500 euros, y en 2023 se espera que supere los 600 euros.
Hay que añadir que para dicha fecha se espera que la escasez de microchips se normalice. Obviamente esto siempre que no ocurra algún imprevisto en la pandemia, ya que esta ha tenido fuertes implicaciones en esta escasez.