La experiencia de los médicos internistas ha indicado que la obesidad puede tratarse y clasificarse como una enfermedad crónica, ya que se requiere de un proceso asistencial donde se estudie sus comorbilidades. El GLP-1 usado para la obesidad presenta datos eficaces y donde se habla también de la seguridad inédita de estos pacientes.
España cuenta con una población adulta obesa del 23%, pero se considera que para el 2030 esta cifra aumente a un 30% y cinco años después a un 37%. Además, el estudio indica que en los niños y adolescentes la obesidad es sobresaliente e incrementa un 2,5% interanual, esto es dicho tras un estudio de diferentes sociedades científicas que se ha dedicado a su manejo.
Desde el 2021 este país ha considerado que la obesidad es una “enfermedad crónica” debido a todas las comorbilidades interrelacionadas que dejan como consecuencia.
A ello se agrega a las personas con obesidad que además terminan desarrollando enfermedades metabólicas, como una enfermedad hepática, diabética, cardiovasculares, causa apnea del sueño, daño renal crónico, hasta puede desarrollar hasta diferentes tipos de cáncer, esterilidad e infertilidad, daño articulares y artrosis.
Uno de los importantes ítems es la IC y, principalmente, en la fracción de eyección preservada, siendo uno de los problemas principales el exceso de grasa acumulada en el corazón, que evita que se expanda y del mismo modo infiltra el miocardio.
Puede desencadenar otras enfermedades
Asimismo, otro daño importante es el desarrollo de una enfermedad renal crónica: considerando que en poco tiempo la obesidad termine siendo la principal causa de los daños renales. La grasa suele ser depositada fuera del riñón y asimismo permite que el órgano filtre más. Los especialistas a través de la Medicina Interna ha intentado estudiar este problema, estamos indicando que la obesidad es la causa principal de todas las comorbilidades relacionadas.
Por eso se ha intentado estudiarla y enfrentarlas de manera completa. Otro punto clave es contar con el perfil principal del paciente y evaluar si exigirle que debe perder o no peso, debido a que existen pacientes con mayor riesgos y son más frágiles a padecer otras enfermedades.
Interacción con otros tipos de tratamientos
Otro punto importante es estudiar y analizar cómo interviene el exceso de adiposidad, que es la manera correcta de calcular la obesidad, ante los tratamientos que recetan los internistas regularmente. Expertos indican que están acostumbrados a tratar a pacientes con anticoagulantes cuando padecen de un tromboembolismo pulmonar. Usando un miligramo de heparina por kilogramo de peso, ¿pero cuánto debe ser administrado cuando hay sobrepeso?
En este punto se debe estudiar cómo la obesidad interacciona tras el uso de estos tratamientos. Sobre la subvención de los medicamentos antiobesidad, la directora de la SEMI ha indicado que no es del todo sostenible que este tratamiento sea todo, sino que es importante priorizar ante esos pacientes que poseen una enfermedad relacionada con la obesidad.
Igualmente, ha hecho insistencia en las investigaciones de los estilos de vida y su dominio en la salud de estas personas, y si todos, son jóvenes o mayores, deben recibir el mismo medicamento. De esta manera se recuerda que las personas mayores requieren de un abordaje totalmente diferente para que este no pierda masa muscular.