Dice el refranero, que es mejor un mal acuerdo que un buen juicio; sin embargo, es posible, incluso, hacerlo de mutuo acuerdo y con la menor tensión posible. Cuando una pareja decide poner fin a su matrimonio, debe saber que se han generado una serie de intereses que deben ser saldados con equilibrio, más aún si existen hijos menores a cargo, a los que no hay que hacer partícipes de las desavenencias.
Normalmente, cuando una familia con hijos se divorcia, los que peor lo suelen pasar son los menores. En la circunstancia en la que no concurran hechos especiales, como maltratos, abandono o, por ejemplo, consumo de drogas por parte de los progenitores, casos excepcionales, la mayor parte de los matrimonios que deciden poner fin a sus matrimonios tiene que ver con la falta de entendimiento en la convivencia. En este caso, es justo llegar a los máximos puntos de encuentro, para hacérselo más fácil a los hijos.
En cualquier caso, es bueno contar con una buena asesoría ejercida por un abogados de familia en Córdoba, así como en el resto de España, ya que esto generará más confianza entre los cónyuges, y podrán despejar cuantas dudas les surjan. En los últimos tiempos, se está poniendo de relieve la importancia de cuidar la salud mental, y es por ello, que los momentos de estrés que se viven en este tipo de procesos y los miedos, pueden ser mitigados en parte, por estos asesores jurídicos que generan tranquilidad y confianza ante el nuevo escenario.
La custodia compartida
Así pues, tomando esto como punto de partida, un buen abogado en Córdoba puede ofrecer todos sus servicios para que tras una separación, los hijos adquieran su derecho a una custodia compartida. A los progenitores, debe avisarles de dos cosas al respecto: por un lado, que es la mejor opción para los hijos, al no perder la relación directa y continua con ninguno. Y, por otro, eso no elimina la obligación de la manutención, en el caso de que uno de los padres posea unos ingresos muy por encima del otro. En el mismo caso, tampoco invalida el derecho al uso de la vivienda para el cónyuge menos favorecido, aunque, por lógica, ese uso se prolongue por un tiempo determinado.
Es necesario saber que a la hora de un divorcio con hijos, estos siguen siendo responsabilidad de ambos, es por ello que en el caso de que alguno de los dos posea mayores ingresos, sustancialmente, debe hacer frente a la aportación de un mayor porcentaje de los denominados gastos extraordinarios. Sin embargo, durante el periodo de custodia, cada uno de los progenitores deberá hacer frente a los gastos derivados del cuidado de los vástagos.
Por todo ello, se entiende el régimen de la custodia compartida como una fórmula encaminada a equilibrar el tiempo de cuidado de los hijos, así como de la educación de los menores, lo que en ningún supuesto, esto erradica las obligaciones adquiridas por el mero hecho de ser padres, especialmente, durante el periodo en el que se ejerce la custodia.
Ser familia de acogida o adoptar
Sin embargo, puede ocurrir todo lo contrario, que una familia necesite el asesoramiento jurídico de un abogado de familia porque haya decidido adoptar o, en su caso, ser familia de acogida. En ambos casos, el Ordenamiento Jurídico Español regula estos supuestos.
En el caso concreto del acogimiento, se acude al mismo con la intención de salvaguardar la protección del menor. Hay que recordar que los menores que se adscriben a este régimen, es porque deben tener una separación de sus padres biológicos, con objeto futuro de volver a integrarse en su propia familia de origen, y si eso no es posible, en una familia ajena.
Hay que tener en cuenta que la duración se debe a múltiples factores y que dependerá mucho del caso particular de cada menor, pero un abogado de familia puede ser de mucha ayuda en este proceso.
Para finalizar, otro de los motivos que tienen las familias para contratar los servicios de un abogado de esta área, es ante el hecho de iniciar una adopción. Es otra medida de protección del menor encaminada a entablar una filiación no biológica entre una o más personas. Para ello, es necesario que se cumplan una serie de requisitos, tanto por parte de quien quiere adoptar, como por parte del adoptado, y es posible que en ese camino también surjan dudas y situaciones en las que un apoyo será vital. Y ese apoyo lo puede ejercer, a todas luces, un abogado especialista en relaciones familiares.