Lo que todos conocemos como el concepto de agua salada en los océanos está a punto de cambiar. Esto se debe a un nuevo descubrimiento de grandes reservas de azúcar que no habían sido observadas, pero que han sido reveladas en el medio ambiente y en la evolución que ha tenido la naturaleza.
Diversos científicos y especialistas han informado que las malas hierbas, como es el caso de la maleza liberan sacarosa cuando están en el fondo del mar, y según se estima, esta cantidad puede equivaler a 1,3 millones de toneladas, que en una comparación sencilla serian alrededor de 32.000 latas de Coca Cola.
En condiciones de luz brillante, como en el verano las plantas producen más azúcar de la que son capaces de almacenar y procesar. Y por ello liberan el exceso de sacarosa en las raíces actuando como una válvula de rebose.
Todo el azúcar liberado no es consumido por los microorganismos marinos, debido a que las plantas emiten algunos compuestos fenólicos que hacen que el metabolismo de los sistemas biológicos se vuelva lento.
Todo es posible en la tierra
El hecho de que los científicos encontraran azúcar en el océano fue una noticia que sorprendió a muchos, ya que no se creía que un acontecimiento así pudiese ocurrir. Pero como ves, si es posible.
El azúcar proviene de las plantas alojadas en el fondo del mar, las cuales se encargan por medio de su propio proceso en crear sacarosa para su mantenimiento, pero en ciertas temporadas se produce más de la que necesitan y por lo tanto va quedando allí.
Cuando ya existe mucha sacarosa en una misma zona se comienzan a formar grumos de azúcar concentrado que no pueden ser consumidos por todos los microrganismos, y estos van quedando, sirviendo en las temporadas invernales, cuando ya no se produce gran cantidad de sacarosa.
Es importante destacar que la vegetación que se encuentra dentro del mar es parte importante del secuestro de carbono en los ecosistemas costeros y oceánicos, debido a que un área de pastos marino es capaz de absorber el doble de carbono que un bosque del mismo tamaño situado en cualquier lugar de la tierra.
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