La verificación de la gestión ambiental permite aplicar políticas ecológicas efectivas, ahorrar costes de producción, además, de transformar la compañía en un ente más competitivo y con una imagen corporativa positiva.
El ordenamiento jurídico español contempla la constante revisión de normas para la protección del planeta, sobre todo, teniendo en cuenta la necesidad de afrontar el cambio climático que amenaza al futuro de todos. Las empresas están obligadas a aplicar medidas que ayuden a reducir el efecto invernadero, haciendo que sus procesos productivos sean amigables con la naturaleza.
Las auditorías las aplican, tanto el Estado como las empresas, para verificar el rango de gasto energético y los niveles de emisión de CO2 o sustancias contaminantes. Realizar mediciones periódicas ayuda a evitar el hecho de incurrir en alguna falta que pueda acarrear alguna multa, además de crear una imagen corporativa positiva.
Basados en reglas
Una auditoría ambiental, básicamente, se encarga de medir el impacto que generan las actividades productivas de una empresa en su entorno, de manera que comprueba la gestión ambiental y, sobre todo, indica los puntos que requieren ser mejorados.
Estas evaluaciones siguen un proceso que se rige bajo normas estandarizadas, como la ISO 14001, la cual establece los parámetros internacionales sobre la gestión ambiental en cualquier organización pública o privada. También existe el Sistema de Gestión y Auditoría Medioambiental de la Unión Europea (EMAS) con reglas similares.
Las normativas legales de Europa y España contemplan leyes destinadas a proteger el medio ambiente, y estas incluyen sanciones para quienes las incumplen. Pueden penar con multas, suspensión de permisos operativos e, incluso, cárcel.
Es recomendable que las empresas sean muy rigurosas al realizar una auditoría ambiental, para no tener sorpresas en caso de llegar una revisión oficial. Este proceso debe analizar el Sistema de Gestión Ambiental (SGA) integral. Lo más aconsejable es acudir a empresas con experiencia y certificación, para detectar bien cualquier irregularidad y corregirla a tiempo.
La auditoría ambiental puede ser efectuada por personal interno bien capacitado o se puede recurrir a una consultoría ambiental o empresa externa, que se encargue de evaluar de forma independiente e imparcial la gestión ambiental de la empresa.
La auditoría implica verificar el alcance de los objetivos, identificar si hay sectores que deben ser mejorados y modificar los procesos donde sea necesario. Se debe analizar que la compañía cumpla con los reglamentos ambientalistas, y conocer qué tan efectivos son los sistemas de gestión de riesgos y control ambiental.
También, debe corroborarse qué tan implicada está la empresa en la gestión ambiental. Se requiere, asimismo, identificar los potenciales desafíos y riesgos para el futuro, con el fin de encontrar una solución.
Múltiples ventajas
Una auditoría ambiental bien ejecutada puede traer beneficios, al mejorar el desempeño del cuidado ambiental, pero también puede tener impacto en la economía y el área social. Es esencial tener claro que lo que se gasta en gestión medioambiental, se va a reflejar en un ahorro económico y energético, y definitivamente, va a ayudar a mostrar una imagen corporativa más responsable y positiva.
Principalmente, al cumplir las normas ecológicas, se reduce el riesgo de ser sancionado por las autoridades, y se contribuye a crear un mejor planeta para el futuro, como legado de las nuevas generaciones.
Asimismo, se logra ser más eficiente, al aprovechar recursos y bajar costes operativos. Muchas de las actividades están dirigidas a reducir el consumo de energía y la emisión de gases invernadero, lo que puede terminar siendo una tecnología más eficiente y barata.
Al optimizar los procesos de producción, es posible conseguir seguros para riesgos ambientales. Esta optimización se logra al detectar los puntos débiles de la gestión ambiental y tomar medidas efectivas para fortalecer las áreas que lo requieran.
En el ámbito corporativo, una empresa con gestión ambiental exitosa tendrá una imagen más positiva ante el público. Si se acude a una agencia oficialmente avalada, se podrá obtener un certificado de gestión ambiental, lo que sin duda, será un gran logro.
Es esencial que exista claridad, honestidad y una efectiva planificación cuando se desee aplicar la auditoría, debido a que no se trata de un mero trámite, sino que la intención es reducir al mínimo la posibilidad de incumplir las normas ambientales.