Las empresas y compañías con solvencia no deben tener temor alguno en auditar sus cuentas, ya que eso es símbolo de robustez y síntoma de que lo único que buscan en mejorar sus servicios y dar mejores resultados a sus cuentas y, por ende, a los servicios o productos que ofrecen al público.
Evidentemente, las incertidumbres de los mercados, las transacciones que se hacen a nivel global y los continuos cambios en los sistemas fiscales, nacionales e internacionales, en muchas ocasiones pueden crear descuadres o pequeñas fisuras en la financiación o en las cuentas de las compañías; de ahí que un auditor externo sepa detectarlas. Con el informe que elabore, se pondrán al servicio de su dirección todo tipo de soluciones, por esas razones, la consultoría es otra de las herramientas de las que deben servirse estas empresas.
Como se ha visto, tanto los auditores y consultores, tienen como misión estudiar, baremar y redirigir aquellas prácticas, tendencias o errores que se estén cometiendo en una compañía, y que pueden afectar directamente a sus cuentas. Todo ello, lleva a pensar que la realización de esta labor a manos de un equipo externo a la compañía, dará más veracidad, ya que ningún miembro de la audición tendrá interés en ocultar y obviar dato alguno.
El fin último de una auditoría es que, junto al equipo que la realiza y los consultores, se genere un paquete de medidas que, al implementarlas en la empresa, se obtengan beneficios y se mejore el nombre de la marca en los mercados; ya que no hay mejor fórmula para solucionar un problema, que siendo consciente de que existe, y conocer el término y grado en el que perjudica.
Existen diferentes niveles de auditoría
Por supuesto, las auditorías se pueden manifestar en diferentes ámbitos de la empresa, aunque, casi siempre, tienen como fin el hecho de equilibrar cuestiones que tienen que ver con la economía y la financiación de la misma.
No obstante, existen las auditorías anuales de cuentas, y con ellas, se puede tener una visión global de los gastos y beneficios, de su equilibrio y sobre la sostenibilidad. Este tipo de auditoría sirve para cumplir con las obligaciones fiscales que marca la ley, por tanto, es un servicio de garantías, que proporciona gran ventaja a la empresa que lo contrata.
El sector público y las auditorías
En muchas ocasiones, las administraciones públicas para mejorar su flujo de trámites, cuadrar presupuestos o asegurar de que todo se hace en base a la legalidad, contratan auditorías externas. Eso sirve para dar transparencia a la ciudadanía y, por otro lado, establecer estrategias que beneficien a las arcas comunes. Entre otras ventajas, gracias a estos trabajos, es posible aportar la implementación de técnicas analíticas más avanzadas, así como investigar y observar que hay evidencias claras de haber cumplido los tratamientos de gran volumen de datos y, sobre todo, establecer los mecanismos que puedan evitar la corrupción y la malversación de caudal público.
Investigaciones especiales
Obviamente, los servicios de auditoría se pueden aplicar tanto al ámbito de las empresas públicas y privadas, como a la administración en general; pero también, han surgido otras corrientes, como las auditorías familiares, mercantiles o contractuales. Son trabajos más específicos, pero que, igualmente, tienen valor para identificar la naturaleza de los datos, el tratamiento de los mismos y establecer unas conclusiones que puedan ser de gran ayuda.
Sea como sea, estas empresas outsourcing realizan una gran labor. Sirven como garantía de buenas prácticas y, desde luego, ayudan a las empresas y compañías a mantener su prestigio. Porque, los auditores y consultores se encargan de elaborar un plan con el que se puede mitigar una posible crisis y, aunque esta no exista, anticiparse a tendencias que puedan ser equivocadas. Con eso, las empresas podrán trabajar con más herramientas y mejores perspectivas, en un mercado altamente competitivo.
En definitiva, se trata de tener a mano las herramientas pertinentes para seguir creciendo, y hacerlo acorde a la ley, buscando el máximo rendimiento con cada recurso al alcance.