Según el último estudio de UNESPA (Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras) en España circula una cifra cercana a los 600.000 vehículos eléctricos e híbridos, una cifra que apenas supone el 1,8% del total de 24,3 millones de coches que existen en nuestro país. La expansión del vehículo eléctrico promete hacer crecer ese porcentaje rápidamente en los próximos años.
En cualquier caso existe un amplio debate en la sociedad, tal y como se recoge en el medio especializado en coches eléctricos Somos Eléctricos, en cuanto a la conveniencia de elegir un coche eléctrico o un coche de gasolina. Es una duda a la que ahora se enfrentan muchos conductores cuando van a comprar un vehículo.
Coche eléctrico vs coche de gasolina: principales diferencias
Para tener más claro qué tipo de vehículo puede resultarte más interesante es importante conocer algunos aspectos clave de cada tipo de vehículo para hacerte una idea más realista. Podemos destacar los siguientes:
Autonomía
Mientras que los vehículos eléctricos más avanzados permiten recorrer distancias de hasta 600 kilómetros sin tener que recargar la batería, la mayoría requiere de una carga cada 200 o 300 kilómetros. Esto, frente a la autonomía de un coche de combustión, que puede alcanzar los 1.300 kilómetros, pone de manifiesto que los vehículos tradicionales todavía juegan con ventaja en este sentido, aunque las diferencias son cada vez menores.
Puntos de carga o gasolineras
Para recargar un vehículo eléctrico existen en España en torno a 12.000 puntos de carga públicos, una cantidad que tiene como objetivo multiplicarse por 5 para el año 2030. Frente a este número podemos encontrar en torno a 11.600 gasolineras repartidas por el territorio nacional, así que la diferencia entre ambos tipos de estaciones no es muy importante. La mayor autonomía de los vehículos de combustión contribuye a que sea necesario un menor número de gasolineras.
Necesidades de mantenimiento
El mantenimiento de un vehículo es un elemento fundamental a tener en cuenta antes de tomar una decisión, pues ello implica un coste durante toda la vida útil del vehículo en cuestión. De forma general está quedando demostrado que los vehículos eléctricos sufren menos averías que los vehículos de combustión gracias a que sus sistema es más sencillo. También es menor el coste de mantenimiento de un motor eléctrico, que puede llegar a ser hasta un 30% inferior que uno de gasolina.
Impuestos y tasas
En este sentido los automóviles eléctricos son privilegiados por las administraciones públicas, así que su carga impositiva es inferior a la de los vehículos de combustión. Aunque ambos tipos de vehículos tienen un IVA del 21%, en el caso de los vehículos eléctricos el impuesto de circulación tiene una bonificación del 75% y autónomos y empresas pueden deducir un 30% en el pago de IRPF. Todo indica que esta tendencia seguirá así en los próximos años, pues los gobiernos desean incentivar el uso del automóvil eléctrico frente a los de combustión.
Precio de venta
El precio es otro factor que hay que tener en cuenta a la hora de comprar un coche nuevo. Un coche eléctrico tiene un precio medio de venta de unos 23.000 euros, mientras que uno de gasolina tiene un precio medio de 17.000 euros. Son 6.000 euros de diferencia de media que el consumidor debe tener en cuenta, aunque siempre puede depender de la marca del vehículo, el modelo en cuestión y las prestaciones que incluya.
Coste del combustible
Este es un coste variable que no debe influir mucho en la decisión final, pues los precios de la electricidad y del combustible fluctúan en el mercado influidos por multitud de razones económicas y geopolíticas. En el momento de escribir este artículo el precio del litro de gasolina ha superado por primera vez los 2 euros, pero el recibo de la luz también bate récords históricos. Por tanto, no existe una ventaja clara en cuanto a costes del combustible entre uno y otro tipo de vehículo.
Como se puede apreciar existen muchas diferencias en distintos aspectos en ambos tipos de vehículos. Como consumidor te toca analizar con detalle cada aspecto y decidir qué tiene más peso en tu decisión de compra para tomar una decisión con toda la información posible y que te garantice una satisfacción a medio y largo plazo.