La blockchain o cadena de bloques, representa uno de los últimos hallazgos tecnológicos, y es la razón y fundamento de las criptomonedas hoy tan conocidas. Y aunque su naturaleza no es reciente, ha sido en los últimos años -poco más de una década- donde todas sus bondades y atributos técnicos y metodológicos han comenzado a explotarse. Los registros y patentes no escapan de ello.
En la actualidad, y el ejemplo de los NFTs es fiel a tal afirmación, cualquier persona puede hacer suya una idea o una invención, una creación artística o procedimental, y posteriormente registrarla para que quede invulnerable al plagio y, si ocurriera, el infractor pagará por su irresponsabilidad. Pero no solo ocurre con los ya citados tokens, sino que en la blockchain es posible patentar una idea de la forma tradicional, como ocurriera con una oficina de patentes, incluso con la misma validez y peso legal de cara a cualquier reclamación ante un Juzgado.
¿Cómo se patenta una idea?
A través de plataformas como MIIM, My Idea Is Mine, es posible utilizar las bondades de la blockchain para patentar una idea y que posteriormente ninguna persona pueda robarla o plagiarla, a menos que pagara por su utilización debidamente.
Desde luego, eso llevará a hablar de qué es blockchain y de cómo a través de esta cadena de bloques es posible que ello ocurra. Una definición básica de la blockchain dice que es “una cadena de bloques que actúa como un libro mayor y registra y permite rastrear transacciones”, que a su vez son inalterables, es decir, que ninguna de las partes pudiera posteriormente modificarlas.
Para fines de registros o patentes, es ideal, puesto que si algo se ha patentado utilizando la blockchain, es imposible alterar luego fechas, registros y demás, siendo una prueba fehaciente de que evidentemente alguien tiene la potestad sobre un invento, creación o idea.
Distintos tipos, distintos procedimientos
A través de un certificado digital o físico -incluso ambos-, dicha empresa ofrece a los usuarios la posibilidad de reconocer que son titulares de una idea o de una invención. Y aunque las ideas pueden ser lo más popular y fácil de demostrar, cuando se trata de algo más específico, los procedimientos podrían variar.
¿Se puede registrar una idea de una app móvil?
Normalmente, más que registrar una idea de app, lo mejor es registrar una versión preliminar o conceptual de la misma, si bien lo anterior también podría hacerse.
Al registrar una idea de una aplicación móvil, es elemental registrar también su nombre, su diseño industrial o de interfaz -si se tuviera una idea-, pero también lo relacionado con la propiedad intelectual en sí misma, que en el caso de ya tener un desarrollo básico sería el código fuente -incluso, el backend y frontend-, o bien pudiera ser la idea desde un punto más de planteamiento, donde se resalte la capacidad inventiva -es decir, que sea una idea única y sin algo similar ya en el mercado- y resolutiva -que resuelva un problema palpable y que no tuviera, ese problema, una resolución similar-.
Registrar una idea de negocio
De la misma manera ocurre cuando se quiere registrar una idea de negocio. En este caso, a través de la blockchain puede ser incluso más rápido y eficaz llegar a tener la patente de una idea de negocio, con todos los beneficios que eso pudiera tener para quien posea tal autoría legal.
Pasa algo similar que con las aplicaciones móviles, donde lo más importante es que se resalte y compruebe la capacidad inventiva y resolutiva de la idea de negocio, o al menos, su diferencia clara con todas las propuestas que ya pudieran existir en el mercado.
Si algo ha permitido la blockchain es el crecimiento de la inventiva y de que los desarrollos se aceleren en todos los sentidos. Para las personas creativas, que siempre están planteando soluciones a lo que ocurre a su alrededor, servicios como los de MIIM pueden ser de utilidad.